Debo empezar con una especie de confesión que suelo practicar con frecuencia en lo que escribo. Me refiero a cuando, a la hora de comentar tal o cual película basada en tal o cual novela, obra de teatro o cómic, cometo la aparente temeridad de confesar, si se da el caso, que no he leído estos últimos, cosa que hago porque soy consciente de que una película, cualquier película, basada en un original literario-teatral-gráfico previo, cualquier original, es susceptible de ser valorada desde dos puntos de vista, separados o simultáneos: como adaptación del original en el que se inspira y como obra cinematográfica en sí misma considerada, de tal manera que se dan hasta cuatro posibilidades: que la película en cuestión sea una buena obra cinematográfica pero una mala adaptación del original del que parte, o viceversa, y también puede darse el caso de que se trate de una buena película y al mismo tiempo una buena adaptación, o al revés. Me interesan las relaciones entre cine y literatura (y, también, entre cine y teatro, y cine y cómic, incluso entre cine y videoclip o cine y videojuego, aunque reconozco, otra vez, que en estas dos últimas materias no ando muy ducho), porque soy de los que creen que el arte y la cultura no se componen de compartimentos estancos, sino que se influyen entre sí unos a otros, y que del estudio de esas interrelaciones pueden extraerse, y de hecho se extraen, unas muy interesantes conclusiones. Pero en esta ocasión el “pecado” que voy a confesar no se refiere al hecho de no haber leído tal o cual libro, sino más bien al de no haberlo leído hasta hace muy poco. Me refiero a El Señor de los Anillos, la estupenda novela de John Ronald Reuel Tolkien.
El propósito de estas líneas no es comentar el libro de Tolkien (por más que, indirectamente, lo haré), sino complementar, y de paso completar un poco más, mi artículo sobre Peter Jackson que publicaré próximamente en Dirigido por…, pormenorizando la adaptación al cine que el realizador neozelandés llevó a cabo junto con su esposa, Fran Walsh, y sus colaboradores Philippa Boyens y Stephen Sinclair. Jackson figura acreditado como guionista de El Señor de los Anillos: La comunidad del Anillo (The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring, 2001), El Señor de los Anillos: Las dos torres (The Lord of the Rings: The Two Towers, 2002) y El Señor de los Anillos: El retorno del rey (The Lord of the Rings: The Return of the King, 2003) junto con Walsh y Boyens, mientras que Sinclair aparece como coguionista únicamente en Las dos torres. De ello se infiere, en primer lugar, algo obvio: que, dada la extensión de la novela de Tolkien –unas 1.095 páginas en la edición castellana que he leído: la de Ediciones Minotauro, 1977, con traducción de Luis Domenech y Matilde Horne, y reeditada por Círculo de Lectores en 1980—, Jackson y sus colaboradores adoptaron una solución salomónica: convertir los tres libros que la componen, La comunidad del Anillo, Las dos torres y El retorno del rey –los cuales vienen precedidos por un Prólogo y un corto capítulo titulado Notas sobre los archivos de la Comarca, y se rematan en un Apéndice, Un fragmento de la historia de Aragorn y Arwen extraído de los anales de los reyes y gobernadores—, en otras tantas películas. De hecho la idea no era nueva, habida cuenta de que en su momento el británico John Boorman había tanteado la posibilidad de adaptar El Señor de los Anillos en tres partes de 100 minutos cada una. Recordemos, asimismo, que cuando Ralph Bakshi firmó su propia versión en dibujos animados, El Señor de los Anillos (The Lord of the Rings, 1978), adaptó en la misma el primer libro y la mitad del segundo aproximadamente, dejando la otra mitad de ese segundo libro y el tercero para una secuela que, como es notorio, nunca llegó a realizar.
Las tres películas que componen la adaptación de El Señor de los Anillos de Tolkien llevada a cabo por Peter Jackson son largas, y además fueron objeto de sendas versiones extendidas con motivo de sus ediciones en DVD, de tal manera que sus metrajes oscilan, respectivamente, entre los 178, 179 y 201 minutos de sus montajes para cine y los 208, 223 y 251 minutos de sus versiones extendidas; tomo como base de este comentario estas últimas, que sin duda alguna son mucho mejores que sus versiones proyectadas en salas (algo que no es tan raro en el caso de Jackson: su director’s cut de la subvalorada Agárrame esos fantasmas, The Frighteners, 1996, de 122 minutos, es muy superior a la versión exhibida en cines, de 110 minutos; y habrá que ver qué tal le sientan los 14 minutos extra al montaje de su King Kong, ídem, 2005, que se acaba de comercializar en DVD, y que en estos momentos todavía no he podido ver). A pesar de semejante generosidad de metraje, el film de Jackson –pues no olvidemos que se trata de un único film, por más que dividido en tres películas— no puede evitar llevar a cabo una lectura del libro de Tolkien que se puede decir que es casi obligatoriamente superficial, dada la imposibilidad material de reproducirlo al detalle, so pena de añadir más horas de metraje y exponerse a estrenar en cines unas películas con una duración demasiado superior a la estándar. Cualquiera que haya leído el libro sabrá que es excepcionalmente prolijo en descripciones y abundante en personajes secundarios que, por esas mismas razones de síntesis, Jackson y sus guionistas optaron por no incluir. Para que quien, como hasta hace poco yo mismo, no lo haya leído pero sí visto el film de Jackson se haga una idea aproximada, mencionar a guisa de ejemplo que el crucial episodio que en la primera película se produce poco más o menos dentro de los 45 ó 60 primeros minutos de metraje, el encuentro de los hobbits Frodo (Elijah Wood), Sam (Sean Astin), Pippin (Billy Boyd) y Merry (Dominic Monaghan) con el guerrero Aragorn, alias Trancos (Viggo Mortensen), en la taberna El Poni Pisador, no tiene lugar en la novela hasta la página 173 de la edición que yo he manejado. Asimismo, otro momento culminante, la constitución de la Compañía o Comunidad del Anillo, formada por los cuatro hobbits y el guerrero ya mencionados, así como por el mago Gandalf el Gris (Ian McKellen), el elfo Legolas (Orlando Bloom), el enano Gimli (John Rhys-Davies) y el también guerrero humano Boromir (Sean Bean), alrededor del minuto 100 del primer film de Jackson, se describe, en la edición de Tolkien que he leído, sobre la página 282.
La comunidad del Anillo, versión Jackson, resume mucho el primer libro de la novela de Tolkien, pero no hasta el punto de alterarlo de manera substancial, hasta el punto de que podría decirse, con escaso margen de error, que de las tres películas es la que se ciñe más razonablemente a la trama original de Tolkien. Conserva de la misma lo esencial, e incluso respeta algunos pequeños detalles de ambientación que los lectores de Tolkien sabrán apreciar. Pero a cambio, y en aras de la agilidad narrativa, elimina personajes y episodios que en la novela ocupan un capítulo entero, tal es el caso –el más notorio— de todo lo concerniente a los personajes de Tom Bombadil y su esposa Baya de Oro (“La casa de Tom Bombadil”, capítulo 7 del libro primero de La comunidad del Anillo). Pero acaso la diferencia más novedosa que aportan Jackson y sus guionistas respecto a Tolkien reside en la potenciación del personaje de la princesa elfo Arwen (Liv Tyler), más secundaria dentro de la trama principal de la novela (por más que su origen se detalle más minuciosamente en el mencionado Apéndice Un fragmento de la historia de Aragorn y Arwen extraído de los anales de los reyes y gobernadores); en cambio, ya en la primera película Arwen es presentada como el principal centro de la atención amorosa de Aragorn, hasta el punto de que: 1) Jackson les dedica, en La comunidad del Anillo, un par de escenas románticas, una al pie del altar ronde reposa la rota espada Anduil, y sobre todo otra, en la cual la pareja se jura amor eterno subida a un pequeño puente que cruza el estanque del jardín donde se encuentran; y 2) la historia de amor ideada por Jackson entre Aragorn y Arwen choca frontalmente con la que, en la novela, se perfila entre el mismo Aragorn y la princesa humana Eowyn, personaje femenino que no hace su aparición hasta Las dos torres tanto en el libro como en el film (en este último caso, bajo los rasgos de la actriz Miranda Otto).
Llegados a este punto, cabe preguntarse qué razones indujeron a Jackson y sus colaboradores a introducir esta ligera modificación, que probablemente irrite a los amantes de la fidelidad a ultranza. Una de ellas podría ser que, de esta manera, se potenciaba la participación de la popular actriz norteamericana Liv Tyler, pues en caso contrario su papel habría sido meramente testimonial y ni siquiera justificaría su presencia destacada en los títulos de crédito (Tyler figura en tercer lugar en los créditos de las tres partes de la trilogía, detrás de Elijah Wood y Ian McKellen y por delante de Viggo Mortensen, cuyo cachet y prestigio, como es bien sabido, se dispararían a raíz de su intervención en la película de Jackson); bajo este estricto punto de vista, se trataría simplemente de una concesión comercial destinada a potenciar la presencia en el reparto de una actriz joven y bella, destinada a “enganchar” al público adolescente. Puede verse de esta manera, y sería lícito e incluso lógico hacerlo, pero también podemos contemplarla de otras. Está, por otra parte, el interés personal demostrado por Peter Jackson hacia las heroínas que, ante una situación fantástica y completamente irracional, no se dejan llevar por el pánico y tratan no sólo de hacerle frente, sino incluso de comprenderla, y que se encuentran bastante presentes en su cine: Diana Peñalver en Braindead, tu madre se ha comido a mi perro (Braindead, 1992), Trini Alvarado en Agárrame esos fantasmas, Naomi Watts en King Kong y quizá también Saoirse Ronan en The Lovely Bones (ídem, 2009), que todavía no he visto en el momento de escribir estas líneas pero a juzgar, al menos en teoría, por la lectura de la novela en la cual se inspira esta última: la irregular Desde mi cielo, de Alice Sebold. El reverso negativo de este planteamiento serían Kate Winslet y Melanie Lynskey en Criaturas celestiales (Heavenly Creatures, 1994), antiheroínas en este caso, ya que se dejan arrastrar por la fantasía hasta extremos enfermizos y homicidas. Dicho de otro modo, en el cine de Jackson la mujer asume un papel como de catalizador de la fantasía, mientras que los personajes masculinos suelen ser, por el contrario, más fríos y racionales, más escépticos ante lo maravilloso; incluso el más receptivo de todos ellos, Michael J. Fox en Agárrame esos fantasmas, tan sólo cree en los espíritus y en el más allá como consecuencia de la traumática experiencia que vivió en el pasado; de hecho, sus conocimientos sobre el más allá están impregnados de escepticismo y pragmatismo, habida cuenta de que utiliza los mismos para montarse un pequeño negocio como falso “cazafantasmas”. Bajo este punto de vista, la princesa elfo de la trilogía del Anillo vendría a ser una especie de personificación misma de la Fantasía, con mayúsculas, y la historia de amor entre ella y Aragorn una suerte de extrapolación del interés/el gusto/la inclinación/la tendencia (táchese lo que no proceda) de Peter Jackson hacia lo maravilloso: no es tanto Aragorn quien ama a Arwen como el propio Jackson quien, a través del primero, abraza la causa de lo fantástico; yendo más lejos, el hecho de que la princesa elfo sea advertida por su padre, Elrond (Hugo Weaving), de que amar a Aragorn no le acarreará más que penas y desgracias –ella es una inmortal y él, aún siendo un Dúnedain y poder vivir largo tiempo (en la versión extendida para DVD de Las dos torres, se revela que en ese preciso momento Aragorn tiene… 87 años), acabará muriendo tarde o temprano—, vuelve a poner de relieve el carácter “imposible”, por dificultoso y por irreal, de ese romance entre lo Fantasioso y lo Mundano, lo Mítico y lo Humano, la Magia y la Realidad.
Pero continuemos con los libros que componen la novela de este último. Es sin duda alguna en Las dos torres donde Jackson y sus guionistas se permiten las mayores manipulaciones respecto al libro, consistentes principalmente en una variación de la estructura narrativa. Explicado a grandes rasgos, en la novela primero se desarrolla y concluye el ciclo centrado en los personajes de Aragorn, Legolas y Gimli, sus aventuras en el reino de Rohan y todo el episodio relativo al rey Theoden (Bernard Hill, en la película), que concluye espectacularmente en la batalla del Abismo de Helm; y también se desarrollan, paralelamente a lo anterior, las peripecias de los hobbits Merry y Pippin tras haber conseguido huir de los orcos (que les capturaron en el tramo final de La comunidad del Anillo, libro y film), y que culminan no menos espectacularmente con los “medianos” siendo testigos privilegiados del fulminante ataque de los Ents, los gigantescos hombres-árbol, contra el reino del malvado hechicero Saruman el Blanco (encarnado en la trilogía fílmica por Christopher Lee). Después, y sólo después de haber narrado estos acontecimientos, Tolkien pasa a centrarse en el periplo de los otros dos hobbits, Frodo y Sam, camino de Mordor, su encuentro con el degenerado hobbit Smeagol, ahora llamado Gollum (“animado”, en la película, por la voz y los gestos digitalizados de Andy Serkis), que les guía hacia Mordor, y el episodio que viven estos tres últimos personajes con Faramir (David Wenham, en el film), el hermano de Boromir. Más aún: en Las dos torres Tolkien narra muchos importantes acontecimientos que Jackson incluyó en la tercera película, El retorno del rey, y sobre los cuales volveremos después con más detalle: el enfrentamiento verbal de Gandalf y Saruman poco después de que el reino de este último haya sido inundado por los Ents, el hallazgo del Palantir (que, de hecho, ya aparecía brevemente en el primer film) y la espectacular secuencia en la que Frodo y Sam tienen un aterrador tropiezo con la gigantesca Ella-Laraña. En cambio, en la película, Jackson y sus guionistas construyen la trama de tal manera que, aprovechando que todos los acontecimientos que acabamos de mencionar se producen en paralelo, es decir, dentro de un mismo lapso de tiempo aproximadamente, lo que hacen es invertir el orden de los hechos tal y como los describe Tolkien y centrar todo lo relativo a Frodo, Sam, Gollum y Faramir en los dos primeros tercios del film, poco más o menos, para reservar de cara al tercio final las secuencias más espectaculares, esto es, las ya mencionadas del ataque de los Ents al reino de Saruman y la colosal batalla en el Abismo de Helm. En este caso puede volver a verse como una concesión a la espectacularidad, de cara a dejar al espectador satisfecho con un clímax aparatoso que se reserva expresamente para los minutos finales de la película; y también resulta comprensible, habida cuenta que no es lo mismo leer una novela en continuidad que dejar al espectador que no conozca el libro “colgado” durante un año (el lapso de tiempo que se dejó entre el estreno de cada una de las tres partes del film), y esa doble conclusión espectacular confiere a la película, en sí misma considerada, una sensación de plenitud y de “cierre”, ni que sea provisional, del relato; sea como fuere, es una manipulación respecto al libro que, a pesar de ello, no lo altera en lo substancial, sino tan sólo en lo formal-estructural. Ello no obsta para que, sobre todo en la versión extendida para DVD, Las dos torres atesore un importante fragmento que ayuda a clarificar el argumento, consistente en un flashback que, al albur de los recuerdos de Faramir, rememora la reconquista de la ruinosa ciudad de Osgiliath por los guerreros de Gondor; la secuencia, una de las mejores del film, describe lo ocurrido poco después de haberse recuperado la ciudad, dibuja la relación entre los hermanos Faramir y Boromir (fallecido, recordemos, hacia el final de La comunidad del Anillo), y sobre todo la relación de estos dos con su padre, el Senescal de Minas Tirith Denethor, encarnado por el actor John Noble, personaje y actor que en los montajes para cine no hacían acto de presencia hasta El retorno del rey. Asimismo, la versión extendida de Las dos torres recupera una escena del libro ausente en el montaje para cines, en la cual Faramir ve fugazmente una barca descendiendo por el río que transporta el cadáver de su hermano Boromir, honras fúnebres llevadas a cabo por Aragorn, Legolas y Gimli al final de La comunidad del Anillo.
El retorno del rey, versión Jackson, atesora asimismo un notable número de cambios respecto al original literario, muchos de los cuales son una consecuencia de las alteraciones previas llevadas a cabo al respecto en La comunidad del Anillo y Las dos torres y que se arrastran hasta aquí, la más notable la potenciación de la historia de amor de Aragorn y Arwen en detrimento de la tan sólo apuntada del primero con Eowyn, y que incluye la decisión de la princesa elfo de abandonar a los suyos tras haber tenido una visión en la cual se ve a sí misma y a un envejecido Aragorn en compañía de un hijo, fruto de su relación, el cual amenaza con no nacer nunca. Por otra parte, el film arranca con un prólogo retrospectivo, en el cual se visualiza el crucial momento –explicado, en la novela, prácticamente en sus primera páginas— en el cual el hobbit Deagol (encarnado en la película por Thomas Robins) encuentra accidentalmente el Anillo Único mientras está pescando, y cómo su primo Smeagol le asesina para apoderarse de él, iniciando así el proceso degenerativo que le convertirá en el repelente Gollum. De ahí se pasa a una secuencia, que como ya hemos apuntado en la novela se describe dentro de Las dos torres, pero de resolución diametralmente opuesta, que tiene a su vez dos versiones, la que se vio en cines y la presente en la versión extendida en DVD; en la primera, que curiosamente es la más fiel al libro de Tolkien, Gandalf y sus amigos se presentan en Isengard, el reino de Saruman, tras haber sido inundado por los Ents y deciden dejar a Saruman aislado en lo alto de su torre porque llegan a la conclusión de que su poder se ha desvanecido y ya no podrá hacer daño a nadie; en cambio, en la versión extendida, se produce un enfrentamiento primero verbal, y luego mágico, entre Gandalt y Saruman, que concluye con la muerte de este último, apuñalado por la espalda por el traidor ex servidor del rey Theoden, Grima “Lengua de Serpiente” (Brad Dourif), quien a su vez muere atravesado por un certero flechazo de Legolas. En cambio, en la novela el enfrentamiento entre los magos termina simplemente con Saruman vencido y aislado en lo alto de la torre; es más, en los capítulos finales del libro, este mago malvado y su compinche Lengua de Serpiente vuelven a reaparecer brevemente cuando los hobbits ya han regresado a la Comarca tras haber logrado consumar su victoria sobre Sauron con la destrucción del Anillo Único y del reino de Mordor, y es entonces cuando se produce el asesinato a traición de Saruman a manos de Lengua de Serpiente y la muerte inmediatamente posterior de este último, abatido por las flechas, en este caso, de los propios hobbits. Asimismo, como ya hemos apuntado líneas atrás, en esta tercera película aparecen otros acontecimientos que Tolkien ya había descrito en Las dos torres, como son el descubrimiento del Palantir por parte de los héroes (y el dramático episodio que se produce cuando Pippin tiene la desdicha ocurrencia de echarle un vistazo, encontrándose cara a cara con el aterrador Ojo de Sauron), y la escalofriante aventura de Frodo y Sam en la guarida de Ella-Laraña: el segundo libro de Tolkien termina, precisamente, en la escena en la cual un puñado de orcos descubre a Frodo envuelto en la tela de la gigantesca araña e inmovilizado por el veneno paralizador de la misma (Sam incluso le ha dado por muerto), y a continuación se lo llevan a la torre de la guardia en Mordor. Hay, asimismo, una variación de la estructura narrativa similar a la llevada a cabo en Las dos torres, dado que en la novela de Tolkien primero se dedican varios capítulos a la batalla por Minas Tirith antes de retomar y concluir el tortuoso periplo de Frodo y Sam camino del Monte de Destino.
Todo ello nos lleva a la conclusión de que, por más que la trilogía de Jackson basada en El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien quizá no sea el trabajo cinematográfico más personal de su realizador (lo son más, sin duda, Criaturas celestiales, Agárrame esos fantasmas, King Kong e incluso Braindead), dicho trío de films puede verse como una más que interesante lectura personal de la obra de Tolkien.
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Pues yo empecé a leer ESDLA mucho antes de que existiera siquiera el proyecto de la peli y lo deje a las pocas páginas. Me pareció un coñazo leer páginas llenas de nombres de sitios, de personas...., ese tipo de cosas me abruman de tal manera que me aburro rapidamente. Quizás, algún día, le de otra oportunidad...
ResponderEliminarHola Tomàs.
ResponderEliminarBuena aproximación a "El señor de los anillos" de Tolkien la tuya. Estoy seguro que será un apreciable complemento al esperado estudio de Peter Jackson.
A mi personalmente la trilogía de Tolkien (que leí hace unos 10 años) me gusta bastante pero no me entusiasma del todo. Aún reconociendo la indubable habilidad de Tolkien para crear un universo legendario poblado de guerreros, elfos, hobbits y todo tipo de criaturas fantásticas (y la gran influencia que el mismo ha tenido en otros escritores y cineastas, a menudo con resultados un tanto lamentables como la aburridísima "Eragon") y el, por lo general, buen pulso narrativo de la misma bien visible en fragmentos como el de Minas Tirith o el de la guarida de Ella Laraña, no la incluiría ente mis escritores de temática fantástico-aventurera favoritos. Tal vez pese en su contra cierta desmesurada pomposidad en algunos pasajes y en la descripción de ciertos personajes que en el momento en que la leí me hicieron pensar si tras la misma no se ocultaba una cierta ironía.
Con todo es evidente que su lectura es recomendable.
Por cierto, "Criaturas celestiales" también cuenta con una versión extendida que desconozco si ha sido comercializada en España.
Saludos.
Hola Tomàs.
Buena aproximación a "El señor de los anillos" de Tolkien la tuya. Estoy seguro que será un apreciable complemento al esperado estudio de Peter Jackson.
A mi personalmente la trilogía de Tolkien (que leí hace unos 10 años) me gusta bastante pero no me entusiasma del todo. Aún reconociendo la indubable habilidad de Tolkien para crear un universo legendario poblado de guerreros, elfos, hobbits y todo tipo de criaturas fantásticas (y la gran influencia que el mismo ha tenido en otros escritores y cineastas, a menudo con resultados un tanto lamentables como la aburridísima "Eragon") y el, por lo general, buen pulso narrativo de la misma bien visible en fragmentos como el de Minas Tirith o el de la guarida de Ella Laraña, no la incluiría ente mis escritores de temática fantástico-aventurera favoritos. Tal vez pese en su contra cierta desmesurada pomposidad en algunos pasajes y en la descripción de ciertos personajes que en el momento en que la leí me hicieron pensar si tras la misma no se ocultaba una cierta ironía.
Con todo es evidente que su lectura es recomendable.
Por cierto, "Criaturas celestiales" también cuenta con una versión extendida que desconozco si ha sido comercializada en España.
Saludos.
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Que artículo más bueno, Tomás, excelente!! A mí esta saga me parece muy irregular, tanto en literatura como en cine, pero extremadamente interesante a su vez, y, sobre todo, y especialmente en cine, muy entretenida. No obstante, he de comentar que me siento muy solo al afirmar que mi favorita (y me refiero a la trilogía cinematográfica) es "Las dos torres". Aún no he encontrado a nadie que no me diga que ésta es la peor de las tres. Y yo, sin embargo, fue la que más disfruté, misterios de la vida...Por cierto, aún así, mi personaje favorito es ese Boromir interpretado de manera magistral por Sean Bean en "La comunidad del anillo". En fin, podríamos hablar durante siglos de este vasto universo creado por Tolkien y adaptado por Jackson al cine, pero creo, sinceramente, que con sus errores e irregularidades, éste hizo un gran y laborioso trabajo de adaptación que sólo los lectores más exigentes pueden discutir.
ResponderEliminarUff que pereza me da a mi todo lo del Señor de los Anillos... espectaculos muy competentes y tal, pero soberanamente aburridos para mi gusto.
ResponderEliminarLo que me gustaría es unirme al compañero que en el post anterior reivindica el cine de animación de Robert Zemeckis.
Se habla mucho de que ya es hora de que el cine de "dibujos animados" se considere a la par que el cine "adulto" y no como un producto para niños, pero a la hora de la verdad, incluso las mejores películas animadas de los ultimos años,como las de Pixar, no dejan de tener un ojo y medio puesto en el publico infantil, en cuanto a los temas, tipo de personajes, moralejas etc.
Hay que reconocerle a Zemeckis, que ya desde Roger Rabbit haya introducido en sus obras de animación tonos e historias de cine negro, terror, erotismo, violencia y adaptaciones de clásicos bastante fieles a su espiritu opriginal, lo cual supone en mi opinión un intento muy estimable de romper las limitaciones tradicionales de estas peliculas, aunque logicamente con concesiones comerciales bastante inevitables dado el alto coste de estos proyectos.
Pido perdón por el cambio de tema...
Leí la trilogía con unos 14 ó 15 años y me gustó muchísimo. Pero no la he vuelto a leer. Sí recuerdo la "ausencia" de Tom Bombadil en la película. Lo cierto es que las películas las han disfrutado más mis hijos (con la edad en la que yo leí el libro) que yo.
ResponderEliminarLa novela de Sebold también me pareció irregular. Muy logrado ese reflejo de lo que pasa en una familia tras semejante pérdida, pero se me "escapaba" con toda la parte de la "posesión", "reencuentro" entre antiguos amores y demás. Pero iré a ver su adaptación. Y la que tengo ganas de ver es la de Agárrame esos fantasmas. No sólo tú la pones mejor de lo que esperaba (amigos míos también me la han recomendado).
Un post interesante. Un saludo.
Por cierto...Una cosa que me parece curiosa y que no mencionas... A pesar de lo fallida que fue la adaptación de Bakshi... Creo que Jackson "bebió" mucho de ahí a la hora de hacer su película. Sí,podrá argumentarse que parten de la misma fuente... Pero hay muchas escenas planteadas de forma muy parecida. No ignoraron la película, me parece. Y alguien ha mencionado a Boromir. En la vieja película de animación tuvieron más acierto de "casting" al diferenciar a Aragorn de Boromir haciendo que éste tuviera un aspecto vikingo. En la de Jackson, a pesar de ser distintos actores, la tipología es la misma. Igual no tiene importancia...pero en la de animación ayudaba a diferenciar a los personajes no sólo por lo que decían o hacían.
ResponderEliminarFelicidades por el artículo. Yo me inicié en Tolkien cuando me enteré que Jackson estaba preparando la adaptación cinematográfica, y debo decir que me convertí en un fan de la novela en particular y del completo universo creado por Tolkien (especialmente, el Silmarillion, que me parece un libro excepcional).
ResponderEliminarCentrándome en el objeto de análisis, creo que Peter Jackson es un magnífico storyteller, que maneja bien las riendas de un artefacto colosal, que (con Walsh y Boyens) interioriza bien el material literario antes de tomar las decisiones que se hallan en los libretos definitivos, que realiza un concienzudo trabajo escénico y de adaptación de todo el background de la Tierra Media, que explota con gran habilidad todo lo relacionado con la mercadotecnia y la promoción publicitaria, y que, en fin, consigue un óptimo, más que meritorio, equilibrio en el necesario balance entre las exigencias mainstream y la cierta introspección en los grandes temas que se condensan en la novela de Tolkien y en su innegable personalidad como corpus mítico propio y cerrado sobre sí mismo (con geografía propia, lenguas propias, etc).
La Comunidad del Anillo es para mí la más redonda de las tres películas, probablemente porque hay un único foco de atención sobre los personajes, y por tanto se sigue de forma lineal. En las segunda y tercera películas, necesariamente (porque respetar la poco ortodoxa estructura de Tolkien hubiera sido muy arriesgado), la trama se subdivide en diversas (no sólo Frodo y Sam por un lado y Aragorn por otro; también tenemos a Merry y Pippin en el bosque de Fangorn, por ejemplo). Es una labor complicada, y en el haber de Jackson destaca sobretodo que respeta escrupulosamente la cronología de la novela en sus alternancias de personajes y escenarios (cosa que Tolkien, en su particular estructura, no respeta: los primeros capítulos de El Retorno del Rey, que narran el viaje a Minas Tirith, se corresponden cronológicamente con el episodio de Frodo y Sam con Ella-Laraña, que está al final de Las Dos Torres). En el debe de Jackson, pensé cuando vi por primera vez Las Dos Torres, y lo sigo pensando tras haber revisado la versión extendida, que el largo pasaje del Abismo de Helm, siendo excelente en su manufactura (y en su condición climática), descompensa la estructura del relato, y nos deja una tercera parte en la que los clímax se suceden sin apenas dar respiro, de un modo más bien asfixiado, lo cual la versión extendida –la más larga de las tres- sólo logra paliar en parte. (Ello por no hablar de que “la sexta parte” de la novela, El Azote de la Comarca, desaparece, y sólo queda anotado en una pesadilla de un hobbit, creo que de Pippin).
(sigue)
(sigue)
ResponderEliminarSobre las “licencias”, un par de anotaciones. Uno, el tema Arwen/Liv Tyler, comparto lo comentado por Tomás, si bien a Jackson se le escapa algo de las manos la pugna amorosa que, según el filme, existe en el corazón de Aragorn entre Arwen y Eowyn (los conocedores de la novela entendemos que en realidad no existe tal pugna, y que se ilustra un conflicto más trascendente, pero los desconocedores del libro –y lo digo porque lo he oído decir- se quedan con que “Aragorn duda entre quedarse con la rubia o con la morena”). Dos, en el abismo de Helm, a Jackson/Walsh/Boyens se les ocurrió que los asediados podían pedir ayuda a los elfos, y que éstos acudieron, algo que no está en la novela pero que resulta un ocurrente y hermoso homenaje a Tolkien, quien en sus anales de la Tierra Media (sobretodo en el Silmarillion y en los Cuentos Inconclusos) nos ilustra sobre las alianzas que hombres y elfos rubricaron en el pasado, que después se rehabilitarán en la defensa de Minas Tirith pero que Jackson, de forma perfectamente válida, anticipa en el Abismo de Helm.
Sobre la puesta en escena, a pesar de que esa concepción y utilización mesiánica de la infografía que muchos destacaron a mí no me parece lo más espectacular de la función: creo que la épica en buena medida se sostiene a partir de los diálogos y el sentido de los encuadres -y el diseño de producción y la música- más que en grandes panorámicas que muestran huestes de orcos o uruk-hais a las puertas del castillo/muralla, y que resultan cinematográficamente mucho más satisfactorias por ejemplo las secuencias de la lucha entre los dos magos en La Comunidad del Anillo o el ataque suicida del que forma parte Faramir en El Retorno del Rey que las sucesivas cargas que se suceden a las puertas de Minas Tirith en la principal batalla de La Guerra del Anillo. Anoto otros grandes momentos, a sumar a algunos apuntados por Tomás, como la larga secuencia en el interior de las Minas de Moria en La Comunidad…, la secuencia nocturna en la que Gollum debate con… ¡Smeagol! en Las Dos Torres, o aquélla en la que se encienden las almenaras en El Retorno… Como secuencias menos felices citaría principalmente la innecesaria carga de aquella suerte de lobos en el segmento central de la segunda película y el capítulo concreto de Ella-Laraña, que carece absolutamente de la fuerza atmosférica del libro (esa cerrazón absoluta que se va demorando durante páginas y páginas, creando una sensación de horror y desesperación primero latente y después presente cuando descubrimos –antes de que nos lo desmientan- que Frodo ha muerto).
Un último ítem. Mis amigos y yo siempre comentamos que John Williams hubiera rubricado una partitura magistral (pensamos en ello porque tanto la naturaleza como la utilización de la música es semejante a la que el gran compositor articula para Spielberg y Lucas en sus epopeyas aventureras o galácticas). Pero ello no significa que Howard Shore no merezca los mayores aplausos. Su trabajo me parece sensacional.
Hola Tomás:
ResponderEliminar¿Podrías explicar algo de las diferencias entre las versiones extendidadas y "normales" de la trilogía de "El señor de los anillos"? ¿Por qué te parecen mejor las extendidas?
Muchas gracias y hasta luego.
Àngel
Hola Tomàs,
ResponderEliminarHe leído muy por encima el artículo y comentas que aún no has visto la versión extendida de "King Kong". Te aviso que el DVD es defectuoso y no contiene esa versión.
Saludos.
Marc Millà.
Hola Tomàs,
ResponderEliminarTe aviso que el DVD de "King Kong. Versión Extendida" es defectuoso y no lleva tal versión sino el "montaje original".
Saludos.
Marc Millà.
Buenos días a todos; veo que Tolkien y Peter Jackson han dado mucho de sí en pocos días; vayamos por partes:
ResponderEliminarJuan Antonio: yo también empecé a leer la novela de Tolkien cuando tenía, quizá, unos 14 ó 15 años, y a las diez páginas la abandoné porque me pareció un latazo...; pero ahora la he retomado y me entrado excelentemente, hasta el punto de habérmela leído con cierta rapidez y considerable disfrute, en serio.
Luis Vilanova: estoy bastante de acuerdo contigo, creo que la novela de Tolkien es buena, excelente a ratos, pero no una obra maestra absoluta de la literatura, por más que reconozco que, una vez leída y bien leída, comprendo el culto generado a su alrededor. No me consta que en España esté comercializada esa versión extendida de "Criaturas celestiales", por no estar ni siquiera está en DVD; tanto es así, que para el artículo tuve que volver a verla en una copia grabada de televisión que me pasó un amigo.
Carlos Mira: pues para mí, de la trilogía de Jackson sobre Tolkien, la más interesante, por atmosférica, me parece la primera, "La comunidad del Anillo", aunque tampoco le veo gran diferencia con las otras dos, pues en su conjunto la trilogía es buena y está bastante equilibrada en cuanto a logros. Y estoy de acuerdo en otra cosa: en que Sean Bean logró ser uno de los mejores intérpretes del reparto (bueno: lo que pasa es que Sean Bean suele ser uno de los mejores de todos los repartos en los que sale...).
Mariano: no hay por qué pedir perdón, todos tenemos nuestra opinión. Como ya he comentado a otro par de amigos, tomo nota del tema Zemeckis, sobre el cual probablemente escriba algo.
David: a mí también me decepcionó un poco la novela de Alice Sebold, sobre todo la parte final, en la cual uno espera una especie de catarsis que no se produce; según parece, algunas de las críticas que está recibiendo "The Lovely Bones" vienen también por aquí; en fin, ya veremos cuando se estrene el próximo enero. Es posible que Jackson tuviese en cuenta la versión de Ralph Bakshi, ni que fuera por ser el primer intento serio de adaptar la novela de Tolkien, y que le sirviera como mínimo de referencia a la hora de plantear su versión.
Sergi Grau: muy bien ese análisis; respecto a aspectos cinematográficos de la película (porque, para mí, es una única película, pero dividida en tres films), prefiero remitirme a lo que saldrá publicado en "Dirigido por...", para no repetirme más que el ajo. También me llamó la atención, leyendo la novela, que en efecto el episodio de Ella-Laraña es formidable, de lo mejor de todo el libro, y además muy, muy terrorífico. Cierto: "El Señor de los Anillos" parece una obra ideal para John Williams, a pesar de que Howard Shore hizo un trabajo excelente y, además, bastante personal; anoto por mi parte un recuerdo para la gran partitura que compuso Leonard Rosenman para la versión de Bakshi.
Ángel: pues la verdad, creo que las versiones extendidas aportan más matices a los personajes y mayores informaciones sobre la evolución de los mismos y de la trama, sobre todo en "Las dos torres" y ese comentado "flashback" que perfila la relación existente entre los hermanos Boromir y Faramir con su padre Denethor, el Senescal de Gondor. La verdad es que vi los montajes para cine cuando se estrenaron, claro, y desde entonces sólo he visto las versiones extendidas, con lo cual ahora me cuesta ver las tres películas de otra manera.
Marc Millà: gracias por el aviso; ¡pues menuda gracia si el "King Kong", se supone, "extendido", es el mismo que ya conocemos! ¿Y encima, defectuoso? Pues, si es así, que corra la voz, porque esta Navidad a más de a uno se le ocurrírá comprarlo.
Un abrazo.
Esperamos con ilusión ese estudio de Peter Jackson. Personalmente, con especial curiosidad por una pequeña debilidad: el mockumentary "Forgotten Silver"
ResponderEliminarHola Tomàs,
ResponderEliminarPerdona, me he explicado mal: el DVD de "King Kong" es defectuoso porqué no lleva la "versión extendida".
Saludos.
Marc Millà
Buenos días a todos:
ResponderEliminarSergi: pues a principios de año, en el próximo "Dirigido por...", podrás leerlo; espero que sea de tu agrado, y si no lo es, siempre tienes este espacio para "criticar al crítico", que decía T.S. Elliot.
Marc Millà: tomo nota de la aclaración; lo cierto es que, ayer mismo, un lector de "Imágenes..."/"Dirigido..." envió un e-mail a la redacción comentándonos también el asunto de que este nuevo "King Kong" en DVD no llevaba la versión extendida. Afirmaba, incluso, que había contactado con Universal, y que éstos le habían dicho que se equivocaba, que el DVD estaba bien. En fin, ya veremos.
Un saludo cordial.
Menos mal que me enteré por zonadvd y por aquí de que la edición de "King Kong" no era la extendida, porque iba a comprármela. La he tenido en mis manos y por detrás viene una foto del contenido: se trata de la edición especial que sacaron hace unos años (con la misma carátula) y un disco de extras, pero de versión extendida nada de nada. La caja es un engañabobos.
ResponderEliminarPor cierto Tomás, no sé como habrás conseguido para el estudio de Peter Jackson algunas películas como "Braindead", "El delirante mundo de los Feebles" o sobre todo "Forgotten Silver" (a no ser que sea de una copia de vídeo o Internet) porque no están editadas en España en DVD. Yo me acabo de bajar "Mal gusto" y sólo de ver algo por encima se me han quitado las ganas de verla entera. Una película gore de amiguetes "freaks" del estilo "Posesión infernal", aunque el film de Raimi le da un par de vueltas. No sé a ti que te habrá parecido.
Saludos,
Jesús.
Buenas noches, Jesús:
ResponderEliminarLo de la supuesta edición extendida de "King Kong" está trayendo cola. La verdad es que, si es como decís (y no tengo razones para no creerlo), es una auténtica vergüenza y un verdadero timo para el consumidor.
Por cierto, "Mal gusto" y "Braindead" sí que fueron editadas en su momento en DVD, y las he vuelto a ver alquilándolas en un videoclub. Si no me equivoco, las dos fueron editadas por Manga, o por lo menos la primera; quizá "Braindead" la sacó Filmax, ahora mismo no estoy seguro (hablo de memoria: no lo he comprobado). En cuanto a "Meet the Feebles", la vi hace tiempo, en VHS (o sea que, no falla, fue hace tiempo...), con ese título español que mencionas. "Forgotten Silver" he logrado verla gracias a una amistad que me pasó una copia descargada de Internet, grabada en Divx y con subtítulos en castellano, si bien en su momento esto se vio en el Festival de Sitges. Si he de decir la verdad, y aún adelantándome a lo que podrás leer en "Dirigido por...", lo cierto es que estas tres películas de Jackson me parecen muy malas (en particular, la de los Feebles: con franqueza, ni me he molestado en repetirla de cara al artículo; y si tenía alguna gracia en especial, o bien no supe vérsela, o se me ha olvidado...); divertidas, sin duda (sobre todo, "Braindead"), pero terribles, por más que tengan ya algunos apuntes de futuros aciertos de su director. Ciertamente, "Posesión infernal" me parece muchísimo mejor que "Mal gusto", entre otras razones porque, contenidos "gore" aparte, la de Jackson no es más que una broma hecha entre amigos, mientras que en la de Sam Raimi hay un excelente trabajo de puesta en escena, a pesar de todas las limitaciones de medios.
Un abrazo.
Vale, aquí entro para defender a "Mal gusto".
ResponderEliminarDe entrada decir que a mí me gusta la trilogia de los anillos, pero no me parecen esas obras maestras que casi todo el mundo proclama. Me parecen correctas, sin mas. Mas de una vez he dicho que prefiero "Mal gusto" y no es una boutade (bueno, un poco sí). Yo sí veo mucha inventiva en el trabajo visual de Jackson en este primer film y con la precariedad de medios que contó consiguió resultados sorprendentes: una película de acción trepidante y muy divertida.
"Posesión infernal" ya es otra cosa. Yo si me atrevo a calificarla de obra maestra. La última media hora en la que la propia cámara es poseída dando como resultado planos y movimientos de cámara imposibles sólo puede ser obra de un genio (hoy desaparecido, desgraciadamente).
Un saludo.
Buenos días Tomás,
ResponderEliminares mi primera aportación en este foro y, ante todo, felicitarte por tu labor en Dirigido por... y por la aparición de este espacio.
De la trilogía de Jackson puedo decir pocas cosas malas. Recuerdo el estreno de La Comunidad... y el "miedo" a que fuera un fiasco (podemos decir que soy de los que Tolkien nos marcó la adolescencia, y aunque no es el mejor libro que he leído siempre será el más especial), pues bien, al poco de comenzar -recuerdo la carreta de Gandalf por la Comarca- el miedo se desvaneció, me di cuenta de que lo que viniera a continuación, sería bastante fiel al espíritu del libro.
En fin, que ciertas cosas quizá fueran mejorables pero que difícilmente se podia conseguir algo más notable en su conjunto.
Un saludo
Buenos días, David Amate, y bienvenido al blog:
ResponderEliminarYa leerás mi comentario al respecto en "Dirigido por...". Únicamente apuntar aquí que estoy bastante de acuerdo en que lo que hizo Jackson con la novela de Tolkien es en líneas generales satisfactorio, tanto como adaptación o viendo las películas (o, mejor dicho, la película dividada en tres partes) en sí mismas consideradas, fue el resultado de un gran esfuerzo técnico y creativo.
Un saludo cordial.
Os olvidais de un detalle crucial,a mi modesto entender. Los personajes son lineales hasta la nausea, o buenos o malos, sin ningún matiz. Me sorprende que a mi admirado TFV le guste esta trilogía, más alla de sus maravillosos efectos especiales y la habilidad narrativa de Jackson. Quizá me paso un poco pero la tri-pelicula me parece una fascistada. Los neocon USA les alegrará ver un filme tan "bipolar".Del libro no pude pasar de la pagina 179. y de Jackson me quedo con "Criaturas celestiales" y detalles de "Bad taste" y "Braindead".Saludos
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