[ADVERTENCIA: EN EL PRESENTE ARTÍCULO SE REVELAN IMPORTANTES DETALLES DE LA TRAMA DE ESTE FILM.] Habitualmente no tengo por costumbre comentar de inmediato películas muy recientemente estrenadas, por regla general porque o bien me falta tiempo para hacerlo (vuelvo a recordar que, para mí, este blog es un hobby), o bien porque en muchas ocasiones (la mayoría) prefiero dejar pasar unos días y espero a “captar” el estado de opinión en torno a un film porque me gusta agregarlo a mis comentarios (una película, cualquier película, es una hija de su tiempo, y reflejo total o parcial de la sociedad que la genera, y los comentarios que se hacen sobre una película son, asimismo y de forma directa o indirecta, comentarios sociales en los cuales se percibe, en todo o en parte, una visión del mundo en que vivimos. ¿A alguien le extraña que esto me interese?). Pero, como todo en la vida, hay excepciones, de ahí que incluso dejando a medio hacer otro texto que tengo muchas ganas de “colgar” en este espacio particular pero abierto a todos (to be continued…), y porque, aunque a algunos pueda parecerles mentira, uno también es humano, y como tal con preferencias y prioridades, y me gustan tanto los cómics de Batman como el cine de Christopher Nolan, no me cuesta demasiado añadirme a la euforia del momento y lanzarme a comentar con cierta celeridad mis impresiones en torno a El caballero oscuro: La leyenda renace (The Dark Knight Rises, 2012).
Como se supone que esto es un blog y, por tanto (dicen por ahí…), un espacio donde solo leen las personas que no saben leer en soporte papel, que no quieren perder el tiempo, que son muy, muy jóvenes y por tanto “impacientes”, y que tienen poca o ninguna cultura (Internet está llena de basura, etc., etc.), iré al grano y diré de entrada que El caballero oscuro: La leyenda renace me ha parecido superior a Batman Begins (ídem, 2005) pero inferior a El caballero oscuro (The Dark Knight, 2008). Empiezo con esto porque, según consenso (el que he podido “captar” estos últimos días), El caballero oscuro: La leyenda renace está concebida a modo de “film de cierre” de la trilogía de Christopher Nolan en torno al personaje creado por Bob Kane, hasta el punto de que su entera construcción dramática y desarrollo narrativo están enfocados a la consecución de un objetivo: proporcionarle “un final” al arco argumental abierto con Batman Begins y proseguido en El caballero oscuro, por más que uno tenga serias dudas de que, cuando se rodó el primer título de la actual trilogía, Nolan y Warner Bros. ya tuvieran tan claro que la cosa iba a ir así, de ahí que, como suele hacerse en Hollywood, me inclino a pensar que la mini-saga de Nolan sobre el Cruzado Enmascarado de Gotham City ha ido concibiéndose sobre la marcha y en función del dictado de la taquilla. No hay nada intrínsecamente malo ni bueno en ello; simplemente, es el estado de las cosas. Tampoco resulta de extrañar, en este sentido, que El caballero oscuro: La leyenda renace dependa en gran medida del título que la precede en la serie, hasta el punto de ser durante la mayor parte de su metraje una especie de “El caballero oscuro 2”, por más que Nolan y sus guionistas se las hayan arreglado (hábilmente, hay que reconocerlo) para conectar la trama de esta tercera parte con la de Batman Begins de cara a conferirle unidad a la trilogía. Puede discutirse, por tanto, que la “trilogía” de Nolan –al igual que otras muchas “trilogías” hollywoodienses de estas últimas décadas— lo sea en puridad de conceptos, es decir, un proyecto concebido en tres entregas desde el principio, siendo más bien uno que se ha diseñado para que tuviese tres partes porque está de moda hacerlo así, y más teniendo en cuenta que El caballero oscuro: La leyenda renace supone, ciertamente, un “cierre de trilogía”, pero menos definitivo de lo que se ha dicho: hay en sus minutos finales suficientes resquicios como para que la saga prosiga, y si me apuran hasta con Nolan y Christian Bale al frente de dicha continuación…, si es que les da la gana.
A pesar de todo, resulta bastante comprensible que, a la hora de plantearse la tercera entrega de la serie, y con vistas a romper la inercia establecida a partir de El caballero oscuro, Nolan y su equipo hayan optado por una estrategia relativamente similar a la abordada por Francis Ford Coppola cuando rodó El Padrino III (The Godfather, Part III, 1990); como el propio Coppola explicaba, “eso fue deliberado por mi parte. Cuando me di cuenta de que iba a rodar un “Padrino III”, pensé que sería la conclusión de una “suite” sinfónica dividida en tres partes: A, B, A’: un planteamiento, un desarrollo y finalmente otro planteamiento que sería la repetición del primero. Y llegué a esa idea de una trilogía. En otros términos, la tercera película es diferente a la primera porque entre medias hubo una segunda”. Probablemente ha influido en la decisión de Nolan la dificultad inherente a la hora de intentar no ya superar sino igualar los brillantísimos resultados de El caballero oscuro, una de esas secuelas que definen o culminan los planteamientos de las franquicias a las que pertenecen, al igual –pongamos por caso— que El Imperio contraataca (The Empire Strikes Back, 1980, Irvin Kershner), Aliens: El regreso (Aliens, 1986, James Cameron) o Terminator 2: El juicio final (Terminator 2: Judgement Day, 1991, Cameron).
En este sentido, El caballero oscuro: La leyenda renace intenta dar un paso adelante con respecto a lo planteado en El caballero oscuro. Primero, marca una diferencia temporal (han transcurrido ocho años) para empezar mostrándonos una ciudad de Gotham donde los índices de criminalidad han descendido tanto que ni siquiera es necesaria la presencia furtiva de Batman (Bale) para mantener el orden. Mientras tanto, el superhéroe ha permanecido todo este tiempo escondido de la luz pública y viviendo en solitario como el multimillonario Bruce Wayne, aunque los excesos cometidos con su cuerpo, herido y magullado tras años y años de lucha contra el crimen, le han pasado factura: prematuramente envejecido, Wayne permanece recluido en su mansión como si fuera Howard Hughes (con el que se le compara); anda con bastón, y un posterior examen médico confirma que sus articulaciones están seriamente dañadas. Hay aquí ecos indiscutibles de Batman: El regreso del Señor de la Noche, el celebérrimo relato gráfico de Frank Miller sobre un Bruce Wayne cincuentón que vuelve a ponerse la máscara del murciélago tras años de retiro voluntario. De este modo, si Batman Begins abordaba, en cierto sentido, la juventud y los inicios del personaje, y El caballero oscuro, su madurez, enfrentándole a un rival –el Joker (Heath Ledger)— que ponía a prueba sus convicciones morales más íntimas, El caballero oscuro: La leyenda renace mira al superhéroe desde la perspectiva de su prematura decadencia. En este sentido, la película completa la trilogía respetando esa estructura apuntada por Coppola que va de A (Batman Begins) a B (El caballero oscuro), y de B a A’ (El caballero oscuro: La leyenda renace), de tal manera que, en esta ocasión, asistimos en primer lugar a la decadencia de Bruce Wayne/ Batman –su presentación, a oscuras y a lo lejos en la fiesta que se celebra en su mansión en homenaje al difunto Harvey Dent/ Dos Caras (Aaron Eckhart) de El caballero oscuro, tiene ciertos ecos del trágico Jay Gatsby de Francis Scott Fitzgerald—; luego, a su regreso a la lucha contra el crimen, con tal de contrarrestar la amenaza de Bane (Tom Hardy); a continuación, su primera derrota a manos de este brutal supervillano; su “caída”, literal, al fondo de una gigantesca prisión asiática en forma de pozo, donde vemos a Wayne (y al actor Christian Bale) recuperando prácticamente la misma apariencia física que tenía(n) en las primeras secuencias carcelarias de Batman Begins, todo ello como preludio para el triunfal regreso del superhéroe a Gotham de cara a la batalla final contra Bane. Resulta incoherente, empero (por más que puede verse como una concesión al carácter “superheroico” del personaje), que al principio se insista tanto en el mal estado de salud de Wayne/ Batman y que luego, después de que Bane le rompa la espalda, su recuperación total en el pozo se produzca en un relativamente corto lapso de tiempo…
Lo que, en última instancia, plantea esta tercera película es la posibilidad de que la “idea Batman” o el “concepto Batman” vayan más allá del hombre que se encuentra tras la máscara y que, viéndose en el ocaso de su lucha particular contra el crimen, tiene que empezar a considerar la posibilidad de un relevo: ya lo hizo en El caballero oscuro, con el idealista y malogrado fiscal del distrito Harvey Dent en el punto de mira, y vuelve a hacerlo aquí en la figura de otro idealista: un joven agente de policía, John Blake (Joseph Gordon-Levitt), que en la bella secuencia final se apunta como un más que posible recambio. Los niños de Gotham dibujan con tiza en las paredes el logo del murciélago, el mismo que encenderá Batman en lo alto del puente para anunciar a todo el mundo (y a sus enemigos) que vuelve a estar en la ciudad… Una idea, por lo demás, no completamente original, habida cuenta de que también se halla apuntada en los relatos gráficos que, según Nolan, han servido de inspiración al guión, tal es el caso del ya citado Batman: El regreso del Señor de la Noche y su referencia a los así llamados Hijos de Batman (sic), o de Batman: La caída del murciélago, donde un Hombre Murciélago con la espalda rota por Bane era temporalmente reemplazado por un sustituto más violento y despiadado.
A propósito de Bane, El caballero oscuro: La leyenda renace ofrece un retrato de este supervillano considerablemente mejor que el mero esbozo que aparecía en la caricaturesca Batman y Robin (Batman & Robin, 1997, Joel Schumacher), pero a pesar de su atractivo el mismo se encuentra lejos, muy lejos del Joker de El caballero oscuro, de ahí que el plan siniestro de Bane sea, por comparación, mucho menos interesante (y a la postre, tal y como se desvela en los minutos finales, una mera variante del urdido por el villano Ra’s Al Ghul –(re)aparición especial de Liam Neeson— en Batman Begins, por más que ello sirva a su vez para cerrar el arco argumental con respecto a la primera parte de la trilogía). Lo que hacía tan memorable al Joker de El caballero oscuro, y tan formidable su plan “anarquista”, consistía en que la locura del villano carecía del menor propósito lógico y racional: era el plan de un loco que disfrutaba –se decía— “viendo arder la ciudad entera”, asesinaba gratuitamente (y manchándose él mismo las manos si era necesario), quemaba cientos de millones de dólares que había logrado arrancarles a la mafia de la ciudad mediante el chantaje, y retorcía la voluntad del íntegro Harvey Dent y del propio Batman hasta convertirles en versiones grotescas de sí mismos. En cambio, el plan diabólico de Bane es más aparatoso, pero en el fondo más sencillo, simple incluso: el terrorista Bane se apodera de Gotham y la aísla del resto del mundo mediante el hundimiento del estadio deportivo, la voladura de los puentes de acceso, la anulación de las fuerzas del orden mediante su sepultación en vida en las alcantarillas (sic), y la amenaza de la destrucción total de la urbe, con sus 12 millones de habitantes como rehenes, por medio de la detonación de un artefacto nuclear. Lo más atractivo de semejante despropósito reside en las curiosas pinceladas con las cuales se describe el reino de terror instaurado por Bane en Gotham, que aparte de guardar ecos del relato gráfico Batman: Tierra de nadie (en el cual el Hombre Murciélago se enfrenta al caos de una Gotham City arrasada por un terremoto y sumida en la desesperación) e, incluso, de 1997: Rescate en Nueva York (Escape from New York, 1981, John Carpenter), da pie a una serie de imágenes y escenas inspiradas o directamente extraídas de la iconografía e imaginería revolucionarias: el asalto de Bane y sus hombres a la sede de la bolsa de Gotham (que da pie a una maliciosa réplica: uno de los brokers presentes en el lugar trata de convencer a Bane de que desista del ataque, advirtiéndole que allí no hay dinero; Bane contesta: “¿No? Entonces, ¿qué estáis haciendo aquí?”); las fuerzas de Bane irrumpiendo en las casas más adineradas de la ciudad; los juicios sumarísimos, presididos por el Dr. Jonathan Crane / El Espantapájaros (Cillian Murphy), donde se dicta sentencia a muerte (inmediata) o al exilio (consistente en… morir al intentar atravesar a pie el mar sobre la fina capa de hielo invernal que separa Gotham del continente), cuya concepción dramática remite a las purgas revolucionarias del Reinado del Terror de Robespierre o los excesos de las “dictaduras del proletariado” mejicana y soviética… Es una pena, empero, que no se vaya más allá de esta ironía, y que haya mucho cuidado en no mostrar a los más humildes ciudadanos de Gotham simpatizando con las teorías “liberadoras” de Bane, recalcando en todo momento que su ejército está compuesto por sus fanáticos partidarios o por los más de mil convictos que el terrorista libera como parte de su plan de conquista de la ciudad.
Donde esa ambigüedad funciona, en cambio, mucho mejor reside –como suele ser habitual en el cine de Nolan— en el dibujo que se da de las relaciones entre los personajes, todos ellos atrapados de un modo u otro en una maraña de intereses propios y rencillas personales que confieren las mayores cotas de densidad a una película afectada, como hemos visto, por algunas notables debilidades de guión. La mayoría de los principales personajes se encubren los unos a los otros: el comisario de policía Jim Gordon (Gary Oldman) lleva ocho años callando la verdad sobre Bruce Wayne/ Batman (lo que ocurrió en el clímax de El caballero oscuro), y ese silencio ha llenado la cárcel de Gotham de lo que acabará siendo el ejército potencial de Bane; también siguen guardando silencio –ya lo hacían en Batman Begins y El caballero oscuro— los fieles colaboradores de Wayne, Alfred (Michael Caine) y Lucius Fox (Morgan Freeman); Wayne no denuncia a la ladrona Selina Kyle/ “Catwoman” (Anne Hathaway) por haberle robado el collar de perlas de su madre gracias a la inmediata atracción y simpatía que le despierta; asimismo, el joven agente Blake dedujo hace tiempo que Wayne era Batman porque reconoce en él a alguien que, como él, también tuvo que crecer sin padres; al final descubriremos el vínculo secreto e íntimo que relaciona a Bane con Miranda Tate (Marion Cotillard)… Hay, asimismo, aspectos relacionados con lo que acabamos de apuntar que funcionan con eficacia, tal es el caso de la aparentemente precipitada historia de amor entre Wayne y Miranda: esa misma precipitación ya sugiere (como se descubrirá al final) que la mujer no es trigo limpio.
El caballero oscuro: La leyenda renace es un espectáculo brillante pero un tanto vacuo, que en última instancia se sostiene gracias a la solidez y pericia de Christopher Nolan tras las cámaras, habida cuenta de que como intento de igualar o superar lo conseguido en El caballero oscuro resulta parcialmente fallida. Es de justicia, a pesar de todo, apuntar sus buenos momentos, como la primera y espléndida secuencia aérea de acción, muy “bondiana”, que sirve de presentación a Bane y, de paso, demuestra el brío ganado por el realizador en lo que secuencias de este tipo de refiere (baste recordar, por ejemplo, las más bien fallidas escenas de acción de Batman Begins); la calidez de ciertos instantes, resultado de la calidad de sus intérpretes y del sentido de Nolan para la dirección de actores, tal es el caso de todas las escenas centradas en el personaje de Alfred (y el inmenso Michael Caine), o de la excelente y ya mencionada en la que el agente Blake confiesa ante Wayne que conoce su secreto pero que jamás lo revelará a nadie gracias a la identificación que siente desde niño con Batman y su causa; la primera aparición de Batman por las calles de Gotham, en el curso de una aparatosa persecución nocturna; en general, la resolución de todas las escenas de acción, como el encuentro a puñetazo limpio entre Batman y Bane en las alcantarillas, la segunda pelea en la calle entre ambos rivales y sus respectivos ejércitos de esbirros y policías y, sobre todo, el asimismo mencionado y muy bello plano final, con el agente Blake –cuyo nombre completo incluye el apelativo de… ¡Robin! (sic)— irrumpiendo en la entrañable Batcueva y asumiendo los secretos que contiene de cara a una más que posible continuidad de la serie.
NOTA FINAL: ¡¡El caballero oscuro: La leyenda renace está que ruge...!! A la vista de la (a mi entender, estupenda) polémica que se ha encendido en Internet en nuestro país, y a solo dos días de su estreno, he decidido añadir unos enlaces finales donde los interesados podrán encontrar algunas otras y variadas opiniones sobre esta película. ¡A debatir se ha dicho!
Partiendo de la nada (blog de Tonio L. Alarcón): http://partiendodelanada.blogspot.com.es/2012/07/el-caballero-oscuro-la-leyenda-renace.html
Fazinedigital.com (artículo de Diego Salgado): http://www.cine.fanzinedigital.com/24466_1-El_Caballero_Oscuro_La_Leyenda_Renace.html
Comicdigital.com (artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde): http://www.comicdigital.com/24446_1-La_Atalaya_del_Vigia_El_esplendido_ocaso_del_murcielago.html
Bane y Batman, en pleno debate.
Genial crítica. La verdad, me decepcionó bastante (sinceramente pensé que podría superar a su segunda), pero me has hecho ver ciertos puntos o detalles que me hacen verla con poco más de interés. Para mí, su mayor fallo fue el villano, que quizá queda un poco de lado entre tantas cosas que nos quiere mostrar Nolan, pero que podría haber pentrado en nuestras retinas con muchísima más fuerza.. aún así, lo del "plan" de Bane y como dicta su propio Gothan me pareció bastante interesante.
ResponderEliminarTDKR merece más de un visionado.. y a poder ser, en v.o.
Muy buena critica de las mejores que e leído sobre esta película y de las más completas, estoy de acuerdo en que se queda por debajo de las expectativas y para mi esta por debajo no solo de la segunda sino también de la primera entrega que personalmente es la que a mi más me gusta, es verdad que lo mejor de esta entrega es que Nolan a mejorado bastante el modo de dirigir las escenas de acción, pero por contra esta el guión que sin ser malo es bastante previsible y que para contentar a todos los fans el factor sorpresa se queda en nada, aún con eso es una película que esta bastante bien como viene siendo normal en su director, espero impacientemente la nueva Imágenes de Actualidad la del mes de Septiembre, os llevo leyendo bastante tiempo y para mi soys la mejor revista de cine que hay y con mucha diferencia siempre vuestras criticas son las más acertadas y vuestras reseñas las mejores.
ResponderEliminarUn saludo.
Buenos días, Tomás:
ResponderEliminarUna excelente crítica. Lo cierto es que mis gustos coinciden bastante con los tuyos: me gusta el cine de Christopher Nolan, me gusta el personaje de Batman y esta tercera entrega también me parece superior a “Batman begins” pero inferior a la estupenda “El caballero oscuro”.
Creo que vistas las tres películas de Nolan protagonizadas por el hombre murciélago puede decirse que buena parte de su éxito reside en los elementos que el cineasta ha absorbido de algunos de los mejores cómics del personaje. Desde este punto de vista, “Batman begins” recogía muchos elementos del “Batman: Año Uno” de Frank Miller, mientras que “El caballero oscuro” se inspiraba más en “El largo Halloween” de Jeph Loeb y “El caballero oscuro: La leyenda renace” en “El regreso del señor de la noche” del ya citado Miller.
Muy de acuerdo con lo que comentas acerca del buen partido que Nolan saca de sus actores: en particular me gustaría destacar a Joseph Gordon-Levitt (a un paso de convertirse en una gran estrella) y a Anne Hathaway, que me ha sorprendido gratamente con su sensual Catwoman.
Pero sin duda lo que dará más que hablar de esta película es su final. Personalmente no creo que Nolan piense retomar la saga, pero hábilmente abre el camino para que otros cineastas lo puedan hacer tomando varias opciones posibles (SPOILER): convirtiendo el personaje de Blake en el nuevo Batman o por el contrario en Robin tras un posible regreso de Bruce Wayne a Gotham.
Disculpa la extensión de mi comentario. Espero que pases un buen verano, saludos.
P.D.: Ya que hablamos del cine de Nolan, siempre me he quedado con las ganas de leer una crítica tuya de “Insomnio”, que suele ser despachada como la obra menor de su director y que en cambio a mi me parece una de sus mejores películas junto con “El truco final”. Ahí queda mi sugerencia.
Gran análisis,como siempre,de una pelicula que no cubre expectativas,lo cual no implica que sea una mala película.
ResponderEliminarSaludos.
P.D ¿Has dejado de colaborar en Scifiworld?
Gran artículo Tomás.
ResponderEliminarY gracias por la referencia. Que te aluda alguien cuyo tabajo admiras es un gran cumplido.