Dirigido por… empieza el año nuevo con su número 418 y presentando en portada la que dicen será una de las películas más importantes de principios de 2012: Los descendientes (The Descendants, 2011), cuya reseña corre a cargo de Beatriz Martínez, y que ha dirigido Alexander Payne, de quien también publicamos una entrevista. Por su parte, Quim Casas propone un mini-estudio de Nicolas Winding Refn, haciendo balance de su carrera con motivo del reciente estreno en cines de Drive (ídem, 2011), y además firma un artículo de la sección de novedades destacadas en DVD Flashback comentando la edición de dos películas de Mauro Bolognini con guiones de Pier Paolo Pasolini: Marisa la coqueta (Marisa la civetta, 1957) y La noche brava (La notte brava, 1959). Antonio José Navarro nos habla de La dama de hierro (The Iron Lady, 2011), de Phyllida Lloyd. Tonio L. Alarcón hace otro tanto con The Yellow Sea (Hwanghae, 2010), de la nueva sensación del cine oriental, Na Hong-jin, además de comentar, también en la sección Flashback, la reciente edición en DVD de Troll Hunter (Trolljegeren, 2010), de André Ovredal. Israel Paredes Badía aborda la reseña de El monje (Le moine, 2011), de Dominik Moll. Anna Petrus nos habla de Historias de Shangai (Hai shang chuan qi, 2010), de Jia Zhang-ke. Héctor G. Barnés aborda la esperada Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (The Girl with the Dragon Tattoo, 2011), de David Fincher. Aurélien Le Genissel cierra el apartado de “películas destacadas” con la crítica de Albert Nobbs (ídem, 2011), de Rodrigo García. A todo ello hay que añadir, además de las reseñas de muchos otros títulos, una crónica del Festival de Cine de Gijón 2011 a cargo de Carles Matamoros; las imprescindibles secciones de Banda Sonora, de Joan Padrol, y Pantalla Digital, de José María Latorre; y, dentro de la sección En busca del Cine Perdido, una reseña de Valses de Viena (Waltzes from Vienna, 1934), de Alfred Hitchcock, firmada por Rafel Miret.
Este mes, que he andado metido en otros menesteres, he limitado mi colaboración a poco más de un par de títulos de la 2ª y última parte del dossier 50 perlas del cine negro, los cuales son: Night Editor (1946), de Henry Levin: “la adaptación de un serial radiofónico de Hal Burdick (1893-1978), “Inside Story”, el cual parece ser que consistía en las narraciones llevadas a cabo por el editor de un periódico que explicaba a sus oyentes la «historia interior» (ergo, secreta) que se encontraba detrás de sonados sucesos reales; el serial conocería una versión para televisión en 1954, asimismo titulada “Night Editor”, presentada por el propio Burdick”.
El poder invisible (The Mob, 1951), de Robert Parrish: “Entre 1951 y 1953, justo al principio de su trayectoria profesional como director, Parrish firmó tres contribuciones al policíaco, variante “film noir”: su excelente ópera prima “Cry Danger” (1951); “Rough Shoot” (1953), una estimulante rareza con guión de Eric Ambler (a partir de una novela de Geoffrey Household); y la película que aquí nos ocupa, “El poder invisible” (The Mob, 1951), su segundo trabajo tras las cámaras y, asimismo, uno de los mejores”.
Cierro mi participación en este Dirigido por… con una pequeña reseña de la nueva excentricidad de George Miller en el terreno del cine de animación: Happy Feet 2 (Happy Feet Two, 2011).
Este mes, que he andado metido en otros menesteres, he limitado mi colaboración a poco más de un par de títulos de la 2ª y última parte del dossier 50 perlas del cine negro, los cuales son: Night Editor (1946), de Henry Levin: “la adaptación de un serial radiofónico de Hal Burdick (1893-1978), “Inside Story”, el cual parece ser que consistía en las narraciones llevadas a cabo por el editor de un periódico que explicaba a sus oyentes la «historia interior» (ergo, secreta) que se encontraba detrás de sonados sucesos reales; el serial conocería una versión para televisión en 1954, asimismo titulada “Night Editor”, presentada por el propio Burdick”.
El poder invisible (The Mob, 1951), de Robert Parrish: “Entre 1951 y 1953, justo al principio de su trayectoria profesional como director, Parrish firmó tres contribuciones al policíaco, variante “film noir”: su excelente ópera prima “Cry Danger” (1951); “Rough Shoot” (1953), una estimulante rareza con guión de Eric Ambler (a partir de una novela de Geoffrey Household); y la película que aquí nos ocupa, “El poder invisible” (The Mob, 1951), su segundo trabajo tras las cámaras y, asimismo, uno de los mejores”.
Cierro mi participación en este Dirigido por… con una pequeña reseña de la nueva excentricidad de George Miller en el terreno del cine de animación: Happy Feet 2 (Happy Feet Two, 2011).
No entiendo las alabanzas hacia "The Yellow Sea" (que está rodada, más o menos, como la mayoría de las películas de acción de Hollywood contemporáneas) y, menos, hacia "Troll Hunter" (un "high concept" con la cansina estética del "mockumentary" contemporáneo). Eso sí, estoy deseando ver la nueva de Payne, un estupendo director.
ResponderEliminar¡Feliz 2012!
Opiniones distintas, lo llaman.
ResponderEliminarYa que mencionas a 'Drive' en la entrada me gustaría saber qué te ha parecido la cinta de Winding Refn. Para mí ha sido una de las experiencias sensoriales más potentes en una sala de cine en 2011. Saludos.
ResponderEliminarPor supuesto Tonio, opiniones distintas. Simplemente, a veces más o menos entiendo que guste o no guste un film, pero las alabanzas hacia estos filmes en concreto (que tienen puntos de interés, desde luego) me parecen difíciles de comprender. En todo caso, mi comentario no iba por tus críticas en la revista, pues no las había leido cuando dejé aquí mi mensaje (¡por lo tanto no podía saber si te habían gustado o no los filmes!). Saludos.
ResponderEliminarVaya no sabía que el señor Alarcón era tan impertinente con los lectores de la revista, con este tipo de actitudes la revista se va a quedar sin lectores.
ResponderEliminarJose
Buenos días, Jose:
ResponderEliminarHe tardado muchos días en "colgar" tu comentario, y más en contestarlo, por un problema técnico que he tenido recientemente en mi ordenador, que me impedía leer de nuevo los comentarios una vez moderados y aprobados.
Finalmente he publicado tu opinión, aunque me ha costado porque, como he dicho más de una vez, no me gusta ir de censor por la vida y tu comentario me parece correcto (duro, pero correcto), de ahí que, por favor, no quisiera que esto diera pie a polémica alguna.
Lo único que quiero decir al respecto es que puedes estar seguro de que el comentario de Tonio no tenía la menor intención impertinente. Es un comentario quizá seco, escueto, directo, pero no me parece impertinente; ahora bien, si a ti te lo parece, yo lo acepto y lo respeto, pero, por favor, no interpretes esa supuesta "impertinencia" como la tónica general de quienes hacemos "Dirigido por...". Simplemente, te ruego que no extrapoles un comentario personal de un colaborador y lo extiendas al resto de colaboradores de la revista.
Pásate por aquí siempre que quieras, y no te tomes a mal lo que te he dicho, pues tan solo es una mera puntualización.
Un saludo cordial.