Una estupenda ilustración de Ignacio Tenorio Zapata ocupa la portada del núm. 42 de Scifiworld, anunciando el carácter prácticamente monográfico de este mes, dado que su dossier especial dedicado a la historia del Festival de Sitges ocupa las páginas 28 a 76, en las cuales se recorren las vicisitudes de este certamen, desde su inauguración en 1967 y hasta el momento actual, mediante una serie de artículos que se detienen en todas y cada una de las etapas de este festival, todas ellas marcadas de un modo u otro por la personalidad de sus directores –Antonio Rafales (de quien se reproduce una pequeña entrevista publicada en su momento en la entrañable revista Terror Fantastic en octubre de 1973), Joan Lluís Goas, Xavier Catafal, Àlex Gorina, Roc Villas y Ángel Sala (estos últimos entrevistados expresamente en este mismo número)—, y que incluye un breve comentario de todos los films más representativos que han pasado por Sitges. Mi (pequeña) contribución a este número se limita, dadas sus características, a un par de textos sobre Vinieron de dentro de… (Shivers, 1974), de David Cronenberg, y Henry, retrato de un asesino (Henry: Portrait of a Serial Killer, 1986), de John McNaughton. Otro atractivo de este número 42 reside en un artículo de Ángel Agudo dedicado a Richard Matheson, dentro de la sección Maestros del Fantástico, y que aconsejo leer con detenimiento, dado que hace referencia a una pequeña “sorpresa” que está a punto de hacerse pública. Y no digo nada más.
martes, 20 de septiembre de 2011
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Hola. Como siempre, un número repleto de buena info y muy currado. El mosaico de films necesariamente hace breves los comentarios pero sirve para ver que el fantástico ha superado esa prueba del cambio generacional que condenó a muerte a otros géneros, y que ha llegado hasta ahora vivo y pegando dentelladas. Las sucesivas microrrevoluciones tecnológicas, el auge del documental (género en perpetua edad de oro desde hace tranquilamente treinta años), la derrota del conductismo: todo hace pensar que las próximas décadas serán terreno abonado, ya lo dicen los reponsables de la revista, ¡larga vida al Fantástico! Menos mal, si no estaríamos aún viendo películas de vaqueros.
ResponderEliminarMuy recomendada su adquisición.
¿Qué tienen de malo las películas del oeste? Es quizá el género más obras maestras ha legado al cine sino mira la lista de la izquierda. ¡Estos jóvenes!
ResponderEliminarJulio
Julio:
ResponderEliminarAnte todo, un saludo.
La supervivencia de nuestra especie. La relación del hombre con la tecnología. La trascendencia. La vida ultraterrena. El cuestionamiento e incluso la violación de las leyes que rigen el Universo. Los límites de la realidad. Las dudas sobre la realidad misma. La transhumanidad. La victoria sobre la entropía. La colonización de otros mundos. El hombre y la mujer como seres biopsicosociales cargados eléctricamente y situados entre el Cielo y el Inframundo, entre el Águila y la Serpiente. La magia. Los sueños.
Ésos son los temas del cine presente y futuro.
Son temas que toca el cine fantástico, y que el cine de ganaderos -también llamado "western"- no toca. Por eso todo cine de época debe pasar. Por eso el cine de ganaderos ambientado en el siglo XIX debe pasar. Y ha pasado. El cine de ganaderos que mascan chicle, mueren acribillados con la camisa impecablemente blanca y planchada, y luchan contra indios de ojos azules, ha muerto. Sí, de vez en cuando se hace alguna película de época con protagonistas ganaderos. Pero el género de ganaderos se acabó. Y todas las obras maestras que se le quieran suponer no cambia esa realidad.
¡Más luz!
Querido Emilio con todo el dolor he de discrepar de tu punto de vista porque según el mismo:
ResponderEliminarHomero, Virgilio, Sófocles, Eurípides, Dante, Chaucer, San Juan, Shakespeare, Cervantes, Moliere, Goethe, Keats, Tolstoi, Flaubert, Dostoyevski, Dickens, Proust, Faulkner, Kafka, Bröch, Musil, Joyce, Borges y tantos otros por este lado
Beethoven, Mozart, Bach, Vivaldi, Wagner, Chopin, Stravinski, Schoenberg, Charlie Parker, Miles Davis, Coltrane, Gillespie, la Velvet Underground, Love, Television, Leonard Cohen, Veloso, Robert Johnsson, Bowie...
Ford, Hawks, Lang, Welles, Renoir, Mizoguchi, Dreyer, Ozu, Preminger, Hitchcock, Visconti, Bresson, Buñuel, Godard, Bergman.
...y tantos otros nos demuestran que arte verdadero no tiene fecha de caducidad, al contrario que ciertas moderneces, el arte es eterno las modas efímeras. Los verdaderos temas importantes son los de siempre, no han cambiado ni cambiarán; estaban en La Odisea y el La Ilíada, están en las tragedias de Shakespeare y están en Centauros del desierto, El hombre que mató a Liberty Valance, Johnny Guitar, Eldorado, Río Conchos, Juntos hasta la muerte, Duelo en la alta sierra o Sin perdón. Son el amor, la amistad, la traición, el paso del tiempo, la corrupción individual e institucional, la necesidad del respeto por las ideas ajenas, el progreso y sus sacrificios, la muerte, la decepción y el desencanto por tantas cosas, la necesidad de reconstruir un hogar, un pueblo, una civilización y tantas otras cosas.
Hacer una caricatura de esto es o debe resultar sencillo (como lo es hacerla de las personas que ya estamos más cerca de la muerte que de la juventud) y más oponerlo a cuestiones de cuyo interés o valor no te discuto pero créeme, te hablo desde la experiencia, cuanto mayor tiempo pasa más seguro estoy de cuales son las cosas verdaderamente importantes. Los westerns hablan de ellas. Te has preguntado por qué a la mayoría de las personas mayores nos gustan tantos los westerns. Cosas de viejos, no asimilamos los nuevos discursos y las nuevas tecnologías (también nosotros podemos leer y leemos a Baudrillard, simplemente es que preferimos a Platón y Aristóteles), o eran las peliculan que habían cuando éramos jóvenes(también existían otros géneros como el cine negro, la comedia, el musical, el melodrama, el cine de terror o la ciencia ficción. O a lo mejor la respuesta es tan sencilla como que con el paso del tiempo se comprende que nada hay tan importante como algo que desde la humildad y sin ninguna petulancia nos dice cosas esenciales y con meridiana claridad.
Como una tragedia de Sófocles, como un diálogo de Platón, como una sinfonía de Beethoven, como un cuadro de Velázquez, como un western del viejo Ford.
Vamos material pasado de moda, cosas sin importancia y sin lugar en el Siglo XXI, ¿de verdad?
Julio
Es curioso, Emilio. Salvo eso de la violación de las leyes que rigen en el Universo (no había hiperespacio), el resto de temas que citas como esenciales del cine presente y futuro están más que desarrollados en muchos westerns. La supervivencia era en el Oeste, no en Marte. La relación con la tecnología era con el ferrocarril, el telégrafo o el petróleo y no con naves espaciales, puertas cósmicas o biomecánica. La trascendencia y la vida ultraterrena no se materializaban en ángeles o espíritus cósmicos, pero pocos géneros tan relacionados con la trascendencia o la condición humana como el western. Y paro ya, pero hay argumentos y ejemplos más que sobrados para asumir la vigencia del cine del oeste, pasado e incluso futuro, basándonos en eso que has puesto. Tu discurso me recuerda a cierta polémica con un crítico de un periódico que afirmaba que La Red Social era una película demasiado moderna para ganar un Oscar, cuando en términos fílmicos es bastante clásica, desde luego muy poco innovadora en lo visual o lo meramente narrativo. Hablar de facebook no hace moderno a un film, tampoco el tratar de robots o biomecánica. Se puede ser increíblemente clásico haciendo ciencia ficción y se fue terriblemente innovador haciendo westerns, otra cosa es que el tema ya esté tan sobado que muy pocos directores contemporáneos se atrevan con él. Pero de ahí a considerarlo caduco median un par de abismos cósmicos de esos que te gustan tanto.
ResponderEliminarHola a todos:
ResponderEliminar¿Cine de ganaderos? ¿Cine de marcianos? ¿Cine de vísceras? Es fácil simplificar. ¿Ya no se hace cine de época? ¿El cine ambientado en el pasado es viejo por definición? "Nada tan peligroso como ser demasiado moderno. Corre uno el riesgo de quedarse súbitamente anticuado", dijo Oscar Wilde (¿quién, si no?). Como dice Gonzalo, el western ha tocado la mayor parte de los temas, sin duda apasionantes, que cita Emilio (he de reconocer que eso de "El hombre y la mujer como seres biopsicosociales cargados eléctricamente y situados entre el Cielo y el Inframundo, entre el Águila y la Serpiente.", me ha encantado. Por cierto, el águila y la serpiente están en la bandera de México desde que triunfó la revolución, o sea, que también el western ha tocado el tema, mira por dónde). Pero es que uno de esos temas: la colonización de otros mundos, ¡es casi una definición del género western!
En fin, bonito debate que no nos lleva a ninguna parte, porque al que no le gustan las vacas y los vaqueros pues no le vamos a convencer.
Un cordial saludo.
Bueno, lo cierto es que el género fantástico tiene sus orígenes en el mismo cine y sobrevivirá siempre (es decir, siempre se harán nuevas películas del género), mientras que el western está circunscrito a una época determinada del cine (dependiendo de las opiniones). Los intentos de resucitar el western (uno de mis géneros predilectos), se han quedado siempre a medio camino. Hay un articulo muy interesante de Adrián Sánchez en Pasadizo sobre el tema. Que conste que yo no tengo nada que ver con la gente de Pasadizo. Dicho esto, el western es mucho más que cine "de ganaderos", por supuesto.
ResponderEliminarMuchas gracias por la parte que me toca Pedro. Ese artículo que amablemente citas es responsabilidad de un servidor. De igual modo que creo que el western está agotado y que solo queda la representación de la idea del western también sostengo que la modernidad, incluso lo rompedor, puede encontrarse por igual en el cine del presente y en el del pasado. Una suerte de modernidad retrospectiva.Budd Boetticher, por ejemplo es perfecto ejemplo de esto.
ResponderEliminarPor otra parte reducir el western a película de ganaderos es de un reduccionismo atroz ¡no en todas salen ganaderos!
Por cierto que lo de "el fantástico" como género sería algo discutible. ¿No sería más apropiado hablar del fantástico como concepto del cual pueden participar muchos géneros, western incluido?