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En fecha reciente, se me ha presentado la ocasión, completamente inesperada por mi parte, de participar en un número especial de la revista ACADEMIA DE CINE, y haciéndolo, además, abordando un asunto que gira más alrededor de la economía que del cine. Se trata de un artículo titulado Gran Bretaña: Incertidumbre tras el Brexit, que analiza la situación actual del cine y la televisión del Reino Unido como consecuencia del Brexit, así como las perspectivas de futuro del audiovisual británico en general, dominado en buena medida por el éxito de producciones para televisión y/ o plataformas como The Crown, Killing Eve o Peaky Blinders.
Sobre "Ambulance", sus dos horas y pico me pasaron como un suspiro, que se supone que es de lo que se trataba. Pero me debo estar haciendo viejo, porque además de criticar mentalmente el estilo hiperbólico de Bay en mi cabeza mientras la veía, no podía parar de pensar en lo inmoral que me parecía todo. Vale, el cine negro se ha nutrido de las "hazañas" de verdaderos malnacidos desde el minuto uno, así que eso en concreto no debe ser lo que me molestó.
ResponderEliminarTal vez fuera que Bay creaba con su estilo una "épica" de sus crímenes, o que no le importaba convertir el daño provocado a inocentes en gags cómicos, como en el momento en que estalla el bazo de un personaje secundario. Ya "Pain & Gain" (que sí, es su obra maestra) me hizo preguntarme dónde estaba el centro moral de Bay, si es que existe, y "Ambulance" me hace deducir que es un psicópata o poco le falta.
Y vale, seré un friki, un viejo o un moralista de salón por preguntarme estas cosas mientras veo entretenimiento barato, pero no puedo evitarlo.
Vaya, esos comentarios sobre "Ambulance" no iban para esta entrada, sino para la entrada sobre el número de "Dirigido" de este mes. Mis disculpas.
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