miércoles, 1 de septiembre de 2010

“DIRIGIDO POR…” SEPTIEMBRE 2010, YA A LA VENTA

La nueva película de Oliver Stone, Wall Street: el dinero nunca duerme, y la primera parte de un perfil sobre este siempre controvertido (quizá ahora no tanto) realizador norteamericano, ocupan la portada del núm. 403 de Dirigido por…, el cual viene cargado de otras muchas curiosidades a las que he contribuido tanto como me ha sido posible.

Quizá la más importante es la primera entrega del dossier que, bajo el genérico Rare Cult Movies, incluye comentarios de películas de género fantástico, tanto en sus vertientes de terror como de ciencia ficción, cuya principal característica es que se trata de títulos en su mayoría inéditos en España, si bien también se incluyen films que conocieron estreno comercial en su momento pero hace de ello muchos años y no han vuelto a verse con facilidad (entendiendo con “facilidad” el acceso a los mismos vía televisión o DVD/Blu-ray). Mi contribución de este mes a dicho dossier se concentra en tres películas (o cuatro, como ahora veremos):



Himmelskibet (1918), de Forest Holger-Madsen, producción danesa más conocida por el título inglés de A Trip to Mars, cuya trama gira en torno a un viaje nada menos que al célebre planeta rojo. Una delicatessen digna de ser conocida y degustada.


La Atlántida, adaptación de la novela homónima de Pierre Benoît, de la cual se comentan en el mismo texto sus dos primeras y probablemente mejores versiones: la muda, dirigida por Jacques Feyder en 1921, y la primera versión sonora y acaso la más conocida entre los cinéfilos, la realizada en 1932 por Georg Wilhelm Pabst. Dos películas extraordinarias y, curiosamente, radicalmente diferentes entre sí a pesar de contar casi exactamente la misma historia. Como, tras haberlas visto, me he “quedado con hambre” de escribir un comentario más amplio de ambas, me comprometo a publicarlo en este mismo blog pero tan sólo dentro de un mes, cuando ya haya salido el número de Dirigido por… correspondiente al mes de octubre, y ello por respeto tanto a la revista como a sus lectores e incluso a lo que he escrito en este número al respecto.


Journey to the Far Side of the Sun (1969), que es el título con el cual se estrenó en los Estados Unidos la producción británica de ciencia ficción Doppelgänger. Realizada por el también norteamericano Robert Parrish, uno de tantos cineastas de su época pendiente de la adecuada reivindicación, es un extraño relato de ciencia ficción, sombrío y adulto, prácticamente sin homólogos dentro del actual cine comercial.

Este mes también se me ha presentado la ocasión de firmar un artículo que, espero, suscite la curiosidad que a mí me ha despertado el hacerlo: un texto de cuatro páginas donde se analizan los dos más recientes largometrajes del cineasta norteamericano Paul Schrader, ambos en estos momentos inéditos en España y sin que a fecha de hoy se haya anunciado todavía su estreno en salas comerciales o su edición directamente en formatos domésticos. El primero es The Walker (2007), un film con guión del propio Schrader que incide en gran medida en sus temas y obsesiones habituales, hasta el punto de que puede verse, en cierto sentido, como una especie de variante o reverso de su American Gigolo. El protagonista de The Walker es Carter Page III (un excelente Woody Harrelson), un personaje culto, refinado y homosexual que compagina su trabajo con el de “caminante” (walker) o acompañante de damas de la alta sociedad de Washington, entre ellas su vieja amiga de la universidad Lynn Locker (Kristin Scott Thomas), esposa de un senador de los Estados Unidos (Willem Dafoe) a la que Carter intentará encubrir cuando esta última se vea relacionada accidentalmente en el asesinato de un antiguo amante suyo.



La segunda película de Schrader a la que me refiero es Adam Resurrected (2008), una adaptación de la extraordinaria novela de Yoram Kaniuk El hombre perro que el realizador ha afrontado a partir de un guión ajeno, escrito por Noah Stollman, pero que narra uno de esos procesos de redención tan queridos por Schrader. En este caso, se trata del de Adam Stein (un no menos magnífico Jeff Goldblum), un judío que en el año 1961 regresa al centro psiquiátrico israelí donde estuvo internado tiempo atrás y que, a través de la relación que establece con David (Tudor Rapiteanu), un niño amnésico que se comporta como un perro, revive su propio y tormentoso pasado, en el cual estuvo encerrado en un campo de concentración alemán gobernado por un oficial, el comandante Klein (de nuevo Willem Dafoe), que le permitió sobrevivir a cambio de convertirse en… su perro.

Mi contribución a este número de Dirigido por… se completa con las reseñas de Toy Story 3, de Lee Unkrich, Airbender: el último guerrero, de M. Night Shyamalan, Salt, de Phillip Noyce, y Noche y día, de James Mangold (que ya comenté semanas atrás en este mismo blog).

4 comentarios:

  1. Tomás: ¿Qué tal la de Shyamalan?. Tengo ganas de ir a verla pero me falta tiempo.

    Saludos.

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  2. Buenos días, Álvaro: Ya leerás mi comentario en "Dirigido por..." con más detalle, pero puedo adelantarte que me pareció muy decepcionante. Saludos.

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  3. No sé si el resto pensará igual que yo, pero a mí el cine de Oliver Stone me ha perdido mucho interés desde que ha empezado a echar mano de un estilo más clásico.

    Vaya por delante que "Alexander", "World Trade Center" me parecen mejores de lo que se dice, pero sus defectos están mucho más a la vista que en, por ejemplo, "Nixon" o "Un domingo cualquiera".

    De "W" en cambio sólo salvo la labor de Josh Brolin, cuesta creer que el autor de "Nixon" hiciera algo tan soso con semejantes mimbres.

    No hace falta decirlo, pienso leerme hasta la última coma de ese estudio.

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  4. A mi "W" también me decepcionó un poco, pero creo que los actores estaban todos estupendos, especialmente Dreyfuss. Quizás la rodó demasiado pronto. "Un domingo cualquiera" me gusta aunque tiene el principal defecto de este excelente director: demasiado grandielocuente.
    "Word Trade Center" es una película que muchos vieron con prejuicios. Es emotiva y con momentos magníficos.

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